Protege a las empresas y patrones en general de robos en contra del patrimonio empresarial cometidos por sus trabajadores.
Previene actos de corrupción y peculado por parte de servidores públicos.
Cubre los bienes de terceros conferidos en custodia a una empresa, contra actos de sus propios empleados.
La fianza de fidelidad es una de las más difundidas en todo el país. Es indispensable en cualquier empresa establecida formalmente, como protección para la misma de actos delictivos de sus empleados que pudieran afectar el patrimonio empresarial.
La fianza de fidelidad es una protección patrimonial que resarce los daños causados por los empleados al propio patrón por la comisión de delitos contra sus bienes y actos por los que la empresa sea legalmente responsable. Los principales, dependiendo de si se trate de una empresa del sector privado o de instituciones de Gobierno, son los siguientes:
Abuso de confianza. Este delito implica que un empleado se apropie de bienes del patrón, que efectúe cobros por ventas y se quede el dinero, utilizar los bienes para servicios de terceros sin autorización, etc.
Estafa. Apropiarse de bienes mediante un entramado de mentiras orientadas a obtener el beneficio económico.
Fraude. Acto ilegal mediante el que un empleado obtiene con engaños un beneficio económico en perjuicio de la empresa, sus bienes o los que le correspondan custodiar.
Peculado. Es apropiarse de los recursos públicos por parte de los funcionarios o empleados de Gobierno responsables de su custodia y control.
Robo. Consiste en apoderarse de bienes mediante el uso de la violencia, intimidación o alguna fuerza para hacerlo.
Cómo se clasifican las fianzas de fidelidad
Aunque la clasificación puede variar un poco entre las diversas afianzadoras, al igual que los nombres que se le dan a los diversos tipos de fianzas, estas se suelen clasificar generalmente de la siguiente manera:
Fianza de fidelidad individual. La póliza de fianza de fidelidad individual se expide para un solo trabajador o empleado, lo que protege a la empresa por un monto específico y actos exclusivos de dicho trabajador. Algunas de las principales son:
Vendedores.
Personal administrativo.
Agentes de seguros y fianzas.
Individual para empleados de Gobierno.
Fianza de fidelidad colectiva. Estas pólizas de fianzas se caracterizan por incluir a 2 o más trabajadores. Las más comunes son:
Colectivas para un puesto en particular, como por ejemplo para vendedores, para personal administrativo, para agentes de seguros y fianzas, etc. con protección por un mismo monto.
Combinada. Afianza a empleados de distintos departamentos, por montos distintos y un topo máximo como límite para el grupo.
De Cédula. Permite incluir a 2 o más empleados de puestos distintos y por cantidades diferentes.
General. Afianza a todos los empleados de una empresa. También se puede utilizar para todos los de un grupo particular dentro de una empresa.
Global. Se usa para afianzar a todo el personal de la empresa, con excepción de los relacionados con ventas y comisionistas.
Grupal. Incluye a todos los empleados que tengan un mayor riesgo dentro de la empresa.
Prestadores de servicios. Protegen a la empresa de los delitos en que pudieran incurrir sus empleados, al ejecutar sus labores en instalaciones de otras empresas.
Robusta. Especial para empresas de alta siniestralidad.
Robusta Plus. Protege contra todo riesgo a las empresas de alta siniestralidad.
Algunas otras variantes de fianza de fidelidad se pueden encontrar en diversas afianzadoras.
Cuál es el costo de la fianza de fidelidad
El costo de la fianza de fidelidad depende del tipo específico del que se trate, del grupo o persona que se esté incluyendo como fiado, del historial que tenga la empresa sobre siniestros en los últimos 5 años, del riesgo en particular por el tipo de empresa y de la afianzadora que expida la póliza.
Las más comunes oscilan entre el 1 y el 2 % sobre el monto afianzado, más los gastos de expedición y otros cargos que varían en cada afianzadora.
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