Una tarjeta de débito es una tarjeta de cajero automático con la funcionalidad similar a la de una tarjeta de crédito. Sin embargo, la diferencia más notable entre ambos productos financieros; es que cuando compras algo con una tarjeta de débito, el dinero proviene directamente de tu cuenta corriente o de ahorros.
Ahora bien, uno de los beneficios de una tarjeta de débito es poder usarla para transacciones que generalmente requieren tarjetas de crédito. Los ejemplos que podemos mencionarte son:
Características Destacables:
El funcionamiento de este producto es bastante sencillo. Puedes utilizar estas tarjetas para retirar efectivo en cajeros automáticos o realizar compras en tiendas físicas. Incluso, podrás comprar por Internet en páginas donde se acepten estas tarjetas, todo sin tener que escribir un cheque o llevar efectivo contigo. Ahora bien, la mayor ventaja sobre las tarjetas de crédito es que no estás pidiendo dinero prestado (como sucede con las tarjetas de crédito) lo que puede ayudarte a no endeudarte más de lo que puedas pagar.
Por otro lado, para utilizar tu tarjeta, tan solo deberás pasarla por el lector de tarjetas de un comerciante e ingresar el número de identificación personal (PIN) o clave que recibiste del banco en el teclado del lector. Si se aprueba la transacción, el banco colocará una retención de autorización previa en tu cuenta corriente (esto reduce el saldo disponible en tu cuenta). Generalmente, los bancos muestran esta transacción como «pendiente» hasta que el dinero se transfiera de tu cuenta al comerciante. En este punto, aparecerá como una transacción autorizada. Actualmente, dichos «períodos de retención» se han reducido a tan solo minutos.
Con estas tarjetas es posible «sobregirar» tu cuenta si optas por algo llamado como «protección contra sobregiros». Por lo tanto, en caso de que lo hagas el banco te cobrará un cargo por sobregiro que suele tener un valor entre 30 y 50 euros por transacción sobregirada. Por lo tanto, a través de esta opción puedes realizar una compra con éxito incluso si no tienes los fondos en tu cuenta. Ten en cuenta que, el cargo por sobregiro es lo que cobra el banco por permitir que tu saldo caiga a menos de cero.
Sin embargo, mantener un saldo positivo en tu cuenta corriente puede ayudarte a reducir la probabilidad de incurrir en cargos por sobregiro. Además, puedes rastrear fácilmente tus compras de débito durante todo el mes en papel (estados de cuenta convencionales) o con una aplicación móvil.
Finalmente, si decides no hacer uso de la protección contra sobregiros de forma voluntaria, significa que tu tarjeta será rechazada si intentas realizar una compra cuando no tienes fondos suficientes.
En general, las tarjetas de débito no cobran tarifas adicionales; además, tampoco existen cuotas anuales de membresía ni cargos por adelantos en efectivo. Sin embargo, no siempre te permiten escapar de las tarifas por completo. Por ejemplo: si retiras efectivo de un cajero automático que no es del banco que emitió tu tarjeta, es posible que te cobren una tarifa por transacción de cajero automático.
También, existen casos donde debes pagar una tarifa de tarjeta de reemplazo si la tuya se pierde, se daña o es robada, y una tarifa de transacción extranjera, si compras algo en una moneda extranjera.
Importante: Todos estos puntos se aplican exclusivamente a tarjetas de débito regulares, que pagas con fondos retirados directamente desde tu cuenta corriente. Ahora bien, en el caso de una tarjeta de débito prepaga, que tiene una cantidad fija de dinero almacenada, tiene un proceso totalmente diferente.
Depende del emisor. Pero, por lo general las tarjetas de débito no ofrecen protección de compra como lo hacen las tarjetas de crédito. De hecho, cuando se trata de tarjeta robada o compras ilegales eres el responsable del monto o cantidad que fue utilizada desde tu cuenta; y el plazo para denunciar el acontecimiento es mucho menor, comparado con el tiempo que te otorgan los bancos por los fraudes con las tarjetas de crédito.
Sí, puedes obtener una tarjeta de débito en línea en cualquier institución financiera que te permita abrir una cuenta corriente en línea. Es decir que, esto se aplica a los bancos en línea, junto con los bancos tradicionales que inscriben a las personas digitalmente.
Depende del banco. En la mayoría de las instituciones financieras de España., Los menores (menores de 18 años) no pueden abrir una cuenta corriente bancaria sin sus padres o tutores legales. Aunque, pueden abrir una cuenta de custodia, pero para tener una tarjeta de débito a su propio nombre, a menudo deben tener al menos 13 años.
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