Las afianzadoras cumplen una función muy importante en México, al servir para garantizar el cumplimiento de un contrato, una obligación, un acuerdo o proteger a las empresas de la falta de fidelidad de sus empleados, entre otros usos.
Literalmente, una afianzadora es una institución financiera que se dedica a otorgar fianzas. La fianza, por otro lado, es una garantía de cumplimiento de un contrato en particular o de alguna obligación, ya que en caso de violarse las condiciones establecidas, la empresa afianzadora pagará la cantidad fijada como fianza. Generalmente están relacionadas con compromisos judiciales, comerciales o laborales.
La fianza es requerida en muchos casos por la persona que será la beneficiaria de la misma en caso de incumplimiento de lo estipulado en la póliza. El solicitante en muchos tipos de pólizas es el que está obligado a cumplir con el contrato o acuerdo, aunque en determinados casos también puede ser el beneficiario quien las solicite.
Existe una gran variedad de fianzas en el mercado nacional. Las siguientes son, a grandes rasgos, algunas de las solicitadas con más frecuencia por personas o empresas:
Dentro de cada tipo de fianza existen otras clasificaciones.
Algunas de las afianzadoras más importantes en México y que están operando actualmente son:
Otras afianzadoras se han fusionado o su autorización ha sido revocada.
La CNSF (Comisión Nacional de Seguros y Fianzas) es responsable de supervisar que las afianzadoras se apeguen a las normas. Es una dependencia de la SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público).
Por otro lado, al igual que con otras instituciones financieras, la Condusef es responsable de supervisar e intervenir en caso de reclamaciones ante cualquier afianzadora. La Condusef es una agencia de Gobierno y es a la que se debe acudir en caso de reclamaciones o controversias con las afianzadoras.